16 de octubre de 2007

Rápida digestión

En el último mes los diarios, revistas, sites y programas de radio y TV llenaron sus habituales vacíos de contenido con el seguimiento de Los Pumas en el mundial de Rugby que se disputa en Francia. Escuchamos hablar a varios periodistas de algo que no conocen (como tantas otras veces) pero halagando lo que llamaron la garra, el honor, la lealtad, el compromiso y el patriotismo de 15 "animales con corazón de caballero" que exponían la virilidad argentina durante 80 minutos contra las potencias de este deporte.

Lamentablemente, todos los atributos que elogiaron (merecidamente) a los pumas, no son compartidos por todos aquellos que se llenaron la boca en estas últimas semanas.
En unos días seremos testigos de la fagocitación del fenómeno pumas por parte de los medios. Toda esa garra y lealtad, ese sentimiento netamente argento que representaron será olvidado para que la noticia del día vuelva a ser el nuevo escándalo de quien sabe que gatito en "bailando por un sueño".

Quizás el apoyo a la selección argentina de rugby haya surgido por esa cualidad innata que alguno tenemos de apoyar a los que vienen de punto y se agrandan contra aquellos que se suponen mejores. Ahora, con la derrota en semifinales a manos del equipo sudafricano (uno de los tres mejores del mundo) las noticias se olvidarán de todo. Tal vez esta inyección de rugby haya servido para rellenar las gastadas páginas deportivas de un paupérrimo torneo apertura de fútbol.

Los pumas dieron mucho en este mundial de rugby, lamentablemente en unos días sufrirán la derrota a la cual nos acostumbramos...el olvido. Perder contra los Springbocks no fue nada ante esta derrota que se viene. En este la incesante necesidad de vender le gana el partido a la garra, la lealtad y el patriotismo de cualquier puma, científico, futbolista, etc.

La historia la escriben los que ganan... y en este mundo siempre ganan ellos: Los negocios.

1 comentario:

Emiliano dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con vos. Los Pumas fracasaron miserablemente en este mundial. Todo un país derecho y humano esperaba la copa. Aun nos queda Roman y el Coco, esperemos que ellos no sigan el paupérrimo camino que estos gatitos del botánico.
(Siempre quise escribir en Ole)