26 de octubre de 2010

Terapia monologada

Generalmente cuando me siento un pelotudo me dedico a la introspección: Ahí puedo confirmar mi teoría u olvidarme después de unos días...

Pero ¿Qué me lleva a esto?: Autoestima baja dirá algún improvisado psicólogo amateur. No lo creo.
Quizás podríamos llamarlo autoexigencia superlativa y nos podemos quedar hasta que las velas no ardan buscando los porqués de la diferencia de exigencia para con los demás que para conmigo. Mejor no...

Prefiero seguir pensando que a veces soy un pelotudo. Inevitablemente soy humano y la raza humana tiene una gran dosis de pelotudismo (y en constante ascenso). Esto no me hace mejor ni peor que nadie...o acaso, vos que leés esto ¿nunca te sentiste un tremendo idiota? Elegí la situación, pero apuesto todo mi dinero (digamos $20) a que estoy en lo cierto.

Creo que esta sensación me deja salir un poco de mi egocentrismo y poder ver que en ocasiones, si uno es un pelotudo, alguien estará haciendo algo mejor ¿no? Por lo tanto me hace replantear mis argumentos, mis formas de proceder, mis teorías.
Esto me hace indefectiblemente una mejor persona, ya que puedo ver mis propias limitaciones y falencias y puedo ver cómo otra persona está mejor encaminada que yo.

Entonces, ahora me preguntarás...¿Es bueno sentirse un pelotudo?
La verdad no lo sé...pero a veces me pone un poco triste...

2 comentarios:

Furia melódica. dijo...

Somos dos y a veces me desespera ser TAN pelotuda. Es inevitable, es parte de nosotros. Creo que algunos la disimulan mejor y otros simplemente son.
Un saludo, nos vemos!
Milagros.

Emiliano dijo...

Yo hoy me siento un RECONTRAPELOTUDO.