Buscándote

Ando buscándote desde que tengo uso de razón.
Cuando era apenas un purrete acudías a mí de forma tan mágica como sencilla, todo me acercaba a vos, bastaba con una cosquilla o un simple un juego.
A medida que pasan los años, uno atraviesa la etapa de dolencias con el mundo.

Aquella que nos da la malvenida al planeta de los adultos y uno adolesce en la vida y ella se obstinaba en fingir estar cuando a veces ni siquiera pasaba cerca. En aquellos tiempos no sabía que podría hacer para acercarme a vos. Todo era intento.

Hoy, a 28 años de mi llegada al mundo, puedo entender que siempre estás. Sólo hay que saber buscarte en las pequeñas cosas. Un sol radiante, un llamado telefónico de un amigo, un ¿como estas? preguntado sinceramente, un beso antes de dormir.

La felicidad nos parece esquiva, pero los verdaderamente esquivos somos nosotros, buscándola en lugares donde no se aloja.

Tan simple es todo y tan complicado es llevarlo a la práctica...