16 de abril de 2008

Manicomio ( de Eduardo Galeano)

El verdadero autor del pánico planetario se llama Mercado. Además, el petróleo genera guerras. Pobre Irak.
Tiempos del miedo. Vive el mundo en estado de terror, y el terror se disfraza: dice ser obra de Saddam Hussein, un actor ya cansado de tanto trabajar de enemigo, o de Osama bin Laden, asustador profesional. Pero el verdadero autor del pánico planetario se llama Mercado. Este señor no tiene nada que ver con el entrañable lugar del barrio donde uno acude en busca de frutas y verduras. Es un todopoderoso terrorista sin rostro, que esta en todas partes, como Dios, y cree ser, como Dios, eterno. Sus numerosos interpretes anuncian: 'El Mercado esta nervioso', y advierten: 'No hay que irritar al Mercado'.
Su frondoso prontuario criminal lo hace temible. Se ha pasado la vida robando comida, asesinando empleos, secuestrando países y fabricando guerras.
Para vender sus guerras, el Mercado siembra miedo. Y el miedo crea clima. La televisión se ocupa de que las torres de Nueva York vuelvan a derrumbarse todos los días. ¿Que quedo del pánico al ántrax? No solo una investigación oficial, que poco o nada averiguo sobre aquellas cartas mortales: también quedo un espectacular aumento del presupuesto militar de
Estados Unidos. Y la millonada que ese país destina a la industria de la muerte no es moco de pavo. Apenas un mes y medio de esos gastos bastaría para acabar con la miseria en el mundo, si no mienten los numeritos de las Naciones Unidas.
Cada vez que el Mercado da la orden, la luz roja de la alarma parpadea en el peligrosimetro, la maquina que convierte toda sospecha en evidencia. Las guerras preventivas matan por las dudas, no por las pruebas. Ahora le toca a Irak. Otra vez ese castigado país ha sido condenado. Los muertos sabrán comprender: Irak contiene la segunda reserva mundial de petróleo, que es justo lo que el Mercado anda precisando para asegurar combustible al despilfarro de la sociedad de consumo. Espejo, espejito: ¿quien es el más temido? Las potencias imperiales monopolizan, por derecho natural, las armas de destrucción masiva. En tiempos de la conquista de América, mientras nacía eso que ahora llaman Mercado global, la viruela y la gripe mataron muchos mas indígenas que la espada y el arcabuz. La exitosa invasión europea tuvo mucho que agradecer a las bacterias y los virus. Siglos después, esos aliados providenciales se convirtieron en armas de guerra, en manos de las grandes potencias. Un puñado de países monopoliza los arsenales biológicos. Hace un par de décadas, Estados Unidos permitió que Saddam Hussein lanzara bombas de
epidemias contra los kurdos, cuando el era un mimado de Occidente y los kurdos tenían mala prensa, pero esas armas bacteriológicas habían sido hechas con cepas compradas a una empresa de Rockville, en Maryland. En materia militar, como en todo lo demás, el Mercado predica la libertad, pero la competencia no le gusta ni un poquito. La oferta se concentra en manos de pocos, en nombre de la seguridad universal. Saddam Hussein mete
mucho miedo. Tiembla el mundo. Tremenda amenaza: Irak podría volver a usar armas bacteriológicas y, mucho mas grave todavía, alguna vez podría llegar a tener armas nucleares. La humanidad no puede permitir ese peligro, proclama el peligroso presidente del único país que ha usado armas nucleares para asesinar población civil. ¿Habrá sido Irak quien extermino a los viejos, mujeres y niños de Hiroshima y Nagasaki?
Paisaje del nuevo milenio: gente que no sabe si mañana encontrara que comer, o si se quedara sin techo, o como hará para sobrevivir si se enferma o sufre un accidente; gente que no sabe si mañana perderá el empleo, o si será obligada a trabajar el doble a cambio de la mitad, o si su jubilación será devorada por los lobos de la bolsa o por los ratones de la inflación; ciudadanos que no saben si mañana serán asaltados a la vuelta de la esquina, o si les desvalijaran la casa, o si algún desesperado les meterá un cuchillo en la barriga; campesinos que no saben si mañana tendrán tierra que trabajar y pescadores que no saben si encontraran ríos o mares no envenenados todavía; personas y países que no saben como harán mañana para pagar sus deudas multiplicadas por la usura.
¿Serán obras de Al Qaeda estos terrores cotidianos?
La economía comete atentados que no salen en los diarios: cada minuto mata de hambre a 12 niños. En la organización terrorista del mundo, que el poder militar custodia, hay mil millones de hambrientos crónicos y seiscientos millones de gordos.
Moneda fuerte, vida frágil: Ecuador y El Salvador han adoptado el dólar como moneda nacional, pero la población huye. Nunca esos países habían producido tanta pobreza y tantos emigrantes. La venta de carne humana al extranjero genera desarraigo, tristeza y divisas. Los ecuatorianos obligados a buscar trabajo en otra parte han enviado a su país, en el ano 2001, una cantidad de dinero que supera la suma de las exportaciones de
banano, camarón, atún, café y cacao.
También Uruguay y Argentina expulsan a sus hijos jóvenes. Los emigrantes, nietos de inmigrantes, dejan a sus espaldas familias destrozadas y memorias que duelen. 'Doctor, me rompieron el alma': ¿en que hospital se cura eso?
En Argentina, un concurso de televisión ofrece, cada DIA, el premio más codiciado: un empleo. Las colas son larguisimas. El programa elige los candidatos, y el público vota. Consigue trabajo el que mas lagrimas derrama y mas lagrimas arranca. Sony Pictures esta vendiendo la exitosa formula en todo el mundo.
¿Que empleo? El que venga. ¿Por cuanto? Por lo que sea y como sea. La desesperación de los que buscan trabajo, y la angustia de los que temen perderlo, obligan a aceptar lo inaceptable. En todo el mundo se impone 'el modelo WalMart'. La empresa numero uno de Estados Unidos prohíbe los sindicatos y estira los horarios sin pagar horas extra. El Mercado exporta su lucrativo ejemplo. Cuanto mas dolidos están los países, más fácil
resulta convertir el derecho laboral en papel mojado. Y mas fácil resulta, también, sacrificar otros derechos. Los papas del caos venden el orden. La pobreza y la desocupación multiplican la delincuencia, que difunde el pánico, y en ese caldo de cultivo florece lo peor. Los militares argentinos, que mucho saben de crímenes, están siendo invitados a combatir el crimen: que vengan a salvarnos de la delincuencia, clama a gritos Carlos Menem, un funcionario del Mercado que de delincuencia sabe mucho porque la ejerció como nadie cuando fue presidente.
Costos bajísimos, ganancias mil, controles cero: un barco petrolero se parte por la mitad y la mortífera marea negra ataca las costas de Galicia y mas allá. El negocio mas rentable del mundo genera fortunas y desastres 'naturales'. Los gases venenosos que el petróleo echa al aire son la causa principal del agujero del ozono, que ya tiene el tamaño de Estados Unidos, y de la locura del clima. En Etiopia y en otros países africanos, la sequía esta condenando a millones de personas a la peor hambruna de los últimos veinte anos, mientras Alemania y otros países europeos vienen de sufrir inundaciones que han sido la peor catástrofe del ultimo medio siglo.
Además, el petróleo genera guerras. Pobre Irak.

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